Llegada a la academia

Iba a salir fuera para tomar el aire. Estaba un poco aburrida y no tenía nada mejor que hacer. Bajé las escaleras despacio y me quedé quieta al ver que había un chico en la entrada. Entonces me asaltaron las dudas.
*¿Paso de largo, le saludo o vuelvo a mi habitación?*
Odiaba ser tan insegura, tenía que mejorar en eso, así que me decidí y me acerqué a él.
-Hola.-dije- ¿eres nuevo?

Con una tímida sonrisa le respondí.
-Alyssia Wagner, también soy nueva por aquí.
-¿De dónde vienes?-pregunté.

Me dí cuenta de que me estaba mirando detenidamente.
-Llegué justo ayer-respondí simplemente mientras alisaba una pequeña arruga de mi vestido.

Me quedé callada. Me invadieron los nervios, se me aceleró el corazón y se me secó la boca. No sabía qué responderle. ¿La verdad, con el riesgo de que me apartaran?¿O simplemente mentirle, decirle que era una humana o un ángel?
Me decidí por no decirle toda la verdad.
-Soy... un híbrido...-dije en casi un susurro. Me aclaré la garganta-¿Y tú?

No respondí a su pregunta. Si supiera qué clase de híbrido soy, no diría lo mismo, estaba segura de ello. Deseé estar en mi casa, alejada de todo esto.
-¿Carnívoro o vegetariano?-le pregunté.

No parecía importarle lo que la gente pensara de su "dieta".
La verdad, a mí no me importaba en absoluto, así que no dije nada al respecto.
No sabía qué hacer cuando me preguntó qué clase de híbrido era. Pensaba decirle que era simplemente eso, un híbrido, pero no colaría, y en ese momento no tenía dónde esconderme. Estaba en un callejón sin salida. En el fondo, sabía que esto pasaría tarde o temprano, pero no quería enfrentarme a ello el segundo día. Me resigné y cogí aire.
-Soy...-no me salían las palabras. Fruncí el ceño, esto era horrible-Soy... un ángel...y...bueno, y un...demonio.-me quedé muy quieta, tensa y alerta, esperando su reacción.

-No es que me importe lo que piensen de mí, es que... bueno, a mis padres les echaron tanto del cielo como del infierno y a mí no me aceptaron en ninguno de los dos lugares, así que no veo porqué tendría que ser diferente aquí.- era la primera vez que le contaba mis preocupaciones a alguien desde que mis padres se mataron, y lo curioso es que apenas conocía a Fabien.

¿Había más como yo? Eso me sorprendió. Pensé en la posibilidad de no ser única, de poder estar con un igual y me gustó. Sonreí. Mi humor había mejorado notablemente.
-Claro, aunque no lo conozco mucho mejor que tú.-le respondí-¿Por donde quieres empezar?

-Pues a la biblioteca... Si la encuentro-respondí.
No había ido a la biblioteca, así que no sabía donde estaba, pero la encontraríamos tarde o temprano.

Off: Ahora me tengo que ir, pero vuelvo en un rato Vas abriendo en la biblioteca??

Recogí mi equipaje del suelo y me colgué al hombro.
-¿Qué tal si probamos por allí?-señalé al pasillo que había a su espalda.

Off: Ok. Cierra este tema y te espero en la biblioteca.