Elizabetta Sears

por **Elizabetta Sears** Mar Mar 16, 2010 1:09 pm

Nombre: Elizabetta Sears.
Edad: Aparenta 16, aunque fue convetida en 1840.
Sexualidad: Heterosexual.
Raza: Vampiro Carnivoro.
Don: Controla el hielo.
Fecha de nacimiento: 2 de mayo.
Lugar de nacimiento: Londres.
Fecha de muerte: No la recuerda con exactitud, principios de diciembre de 1840.

Descripcion fisica: No muy alta, delgada y esbelta. Piel excesivamente pálida, largo y ondulado cabello rubio plateado. Ojos grandes, de forma felina, de un gélido azul verdoso. Rasgos aniñados y delicados. Manos de pianista, con largas uñas.
Foto:

Spoiler:

Descripcion pscicologica: A simple vista una desconfiada y fria joven, algo egocéntrica y prepotente. Si no te ganas su respeto no te tratará mejor que a un animal. Es muy impulsiva y se deja llevar por sus impulsos. Tiene mucho caracter y poca paciencia. Es algo sádica, le encanta jugar con la comida antes de comersela. Algo manipuladora y muy ambiciosa. Es directa y sarcástica, muy pícara y temeraria. Con la gente con la que tiene confianza se muestra muy cariñosa y dulce, protectora y atenta si le caes bien. Eso sí, si se la juegas puede destrozarte la vida, pues ni olvida ni perdona.

Gustos: La sangre humana, las fiestas, la ropa, el lujo, la literatura, flirtear, los gatos...
Desagrados: Que intenten controlarla, la gente insignificante, la inmadurez...

Historia:
Elizabetta nació en el seno de una familia acomodada, en el Londres Victoriano. Desde niña siempre tuvo todo lo que deseó, unos padres que la adoraban, dinero, ropa preciosa... Pero un día, al comienzo del invierno, sus padres murieron en un accidente. De pronto, Elizabetta se vió sola. Soltera, huerfana, sin nadie que se ocupara de ella... Le quitaron su casa y todo lo que tenía, dejandola en la calle. La primera noche en la calle la pasó hullendo de unos borrachos que trataron de violarla, semanas más tarde, desesperada, trató de quitarse la vida cortandose las venas. Atraido por el olor de su sangre, un vampiro la encontró, y la transformó.
Elizabetta no llegó a ver el rostro de su verdugo, o salvador (dependiendo del punto de vista), se desmayó antes por la pérdida de sangre. Solo recuerda haber despertado días más tarde, entre agónicos dolores, pero con una nueva y misteriosa energía en su interior.